sábado, 7 de abril de 2018

EL GRAN IDOLO CRUZAZULINO: MIGUEL "GATO" MARIN...

Buen día, amable lector:

Si algo ha caracterizado al futbol mexicano a lo largo de la historia, sin duda alguna son los porteros que han militado en los distintos clubes como Hector Miguel Zelada y Ricardo Lavolpe, incluso en estos tiempos con arqueros de talla internacional como Francisco Guillermo Ochoa, José de Jesús Corona, Tiago Volpi, Agustín Marchesín, entre otros más, por lo que en ésta ocasión recordaremos a uno de los grandes guardametas que han pisado suelo azteca y que dejaron una huella que difícilmente podrá ser cubierta, me refiero al argentino MIGUEL MARIN (QEPD), quién dejó un legado en el arco de Cruz Azul y es considerado el mayor referente deportivo en la historia de la “máquina cementera”.

Esta anécdota es muy especial para su servidor, ya que escribo sobre mi súper ídolo y que muy probablemente lo es de muchos aficionados al futbol mexicano de los 70s y 80s, ya que nos trae bonitos recuerdos de una época gloriosa del futbol mexicano.

Todo inicia en el año 1976, donde se organizó un viaje al Estadio Azteca por parte del Instituto Potosino, donde yo cursaba mi etapa primaria; el encuentro que tuvimos la oportunidad de presenciar fue un Cruz Azul vs Toluca y fue muy especial para mí, puesto que era seguidor de los Diablos Rojos por su jugadorazo Ithalo Estupiñán, que fue un ecuatoriano con gran paso por el conjunto escarlata.
Como todo niño, y al cambiar mi residencia a Guadalajara, le empecé a ir a los Leones Negros de la U de G, pues tenía la oportunidad de asistir a sus juegos en el Estadio Jalisco, sin embargo mi afición cambio hacia el Cruz Azul, inspirado en gran parte por la figura de Miguel “El Gato” Marín.

Cruz Azul visitaba la “Perla Tapatía” 5 veces al año, donde en 4 de ellas entrenaban en las instalaciones de Chivas en Colomos y fue precisamente ahí donde surge la parte mágica de esta anécdota, pues tuve la fortuna de convivir con el “Superman” y hasta se me concedió el bolearle sus taquetes cada vez que visitaba Jalisco, lo que inspiró mi amor al Cruz Azul que hasta la fecha sigue vigente.
Miguel Marín siempre se caracterizó por ser un profesional en todos los ámbitos, bromista, amable, de gran presencia física y un líder en la “máquina cementera”.

José Miguel Marín Acotto nació el 15 de Mayo de 1944 en el pueblo de Río Tercero, perteneciente a Córdoba, Argentina; debutó con Vélez Sarfield en 1964 dentro del balonpié pampero y se coronó con “El Fortín” en el Torneo Nacional de 1968, disputando 225 encuentros con el conjunto albiazul y mostrando un nivel que lo llevó a la Selección Argentina para los Juegos Olímpicos de Tokyo 1965.

Fue en 1971 cuanto “El Gato” se enfundó en el jersey del Cruz Azul bajo la dirigencia de Guillermo Álvarez Macías y en ese momento nacía una relación deportiva que lo llevaría a consagrarse como leyenda del conjunto de “La Noria”, pues rápidamente mostró sus grandes cualidades bajo los tres palos y ganándose el mote de “Superman”, bautizado de tal forma por el gran locutor y comentarista Angel Fernández (QEPD).

Rápidamente llegaron los resultados para “la máquina” con Miguel Marín en el arco, pues integraba una férrea defensiva y brindaba una seguridad total en su posición, logrando 5 títulos con Cruz Azul, un campeón de campeones y un campeonato de CONCACAF, además de ser galardonado como el Mejor Portero del futbol mexicano en un total de 4 ocasiones y Mejor Jugador del Año en la temporada 1979-80 aún en los antiguos torneos largos.

“El Gato” Marín fue un gran guardameta pero sobre todo un personaje carismático que se ganó a la afición celeste en la década de los 70s, caracterizado por su profesionalismo y disciplina entre sus compañeros de equipo, quienes respetaban al arquero pampero y reconocían su liderazgo, ya sea dentro o fuera de la cancha; identificado con su emblemático suéter albiceleste, mismo que ha sido símbolo de homenaje a su memoria y respeto al gran ídolo cruzazulino.

“El Gato” era un indiscutible símbolo del Cruz Azul de la Temporada 1873-74 que logró el tricampeonato al imponerse en la final sobre el Atlético Español, liderando una alineación de mucho respeto conformada por “Nacho” Flores, Javier Guzmán, Alberto Quintano, Javier Sánchez Galindo, Héctor Pulido, Joel Andrade, Alberto Gómez, Fernando Bustos, con la dupla goleadora conformada por Horacio López Salgado y Eladio Vera, todos ellos dirigidos por el gran estratega Raúl Cárdenas.

Una fecha que muchos aficionados recordamos es la del 23 de Mayo de 1976, sin embargo no fue muy positiva para “El Gato”, pues marcó uno de los autogoles más extraños en el futbol mundial a lo largo de la historia, pues el balón se enganchó en su brazo en un intento de despeje e inexplicablemente se incrustó en su arco.

Terminó su carrera con Cruz Azul en 1981 después de alguna problemas de salud, cerrando su etapa como jugador con un total de 319 cotejos disputados y 298 goles recibidos, lo que promedia menos de un gol por partido.

Posteriormente se desempeñó como estratega, iniciando con Cruz Azul y posteriormente con Coyotes de Neza, sumado a su etapa en el banquillo como cuerpo técnico con Bora Milutinovic con la Selección Mexicana de Futbol en el Mundial de México 86.

Durante su etapa al frente de Coyotes dirigió 121 juegos y contó con grandes figuras como Ricardo Ferreti, Mario Oscar Maldonado, “Paco” Ramírez, “El Profe” Cruz, José Luis González China, Sergio Bueno, Manuel Manzo, Eduardo Bacas, “Paco” Uribe, Jaime Ordiales y varios elementos que figuraron en el balonpié de la primera división mexicana.

Ganó el campeonato nacional en Argentina en 1968, los títulos de primera división mexicana en 1971-72, 1972-73, 1973-74, 1978-79 y 1979-80, el Campeón de Campeones en 1973-74 y el título de monarca en CONCACAF en 1971.

Entre sus palmarés individuales destacan el Trofeo como Mejor Portero de las campañas 1974-75, 1978-79, 1979-80, Mejor Jugador de la Temporada 1979-80, además de integrar el Salón de la Fama de Cruz Azul y del Futbol Mexicano.

No cabe duda que el nombre de Miguel Marín es sinónimo a rentabilidad en la portería y uno de los más grandes emblemas del Club Deportivo Cruz Azul, quién partió de este mundo el 30 de Diciembre de 1991 por un infarto fulminante al corazón, pero que siempre será recordado por una impecable carrera deportiva que se resume en una frase que frecuentemente mencionaba el gran cronista Angel Fernández: “Y me pongo de pie ante el “Superman” Miguel Marín”.

Me despido de ustedes con el mismo agradecimiento de siempre, esperando que esta anécdota sea de su agrado y mandándole un saludo muy especial a mi madre adorada María Angélica Dávalos Serrano, que siempre me permitió y apoyó en mis andares por el Club Guadalajara; además de dedicarle éstas líneas a mis amigos y compadres que le van al Cruz Azul al igual que su servidor.

Nos escribimos pronto, amigos...

Jorge Luis Sánchez Dávalos
jorge.deportes@hotmail.com

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