viernes, 26 de enero de 2018

TEMPORADA 1969-70: LLEGA EL 2DO TITULO GUINDA...

Buen día, amable lector:

Nos acercamos al final del mes de enero y con ello el ocaso de la campaña 2017-18 de la Liga Mexicana del Pacífico, en la que nuestros Tomateros de Culiacán están en la pelea por el título número 11 en su historia, por lo que en esta ocasión les escribo acerca del segundo campeonato del conjunto guinda en aquel lejano año de 1970, esperando revivir grandes recuerdos y momentos mágicos en la rica historia de una organización que está muy cerca de representar a México en la SC2018 desde Jalisco.

Esta anécdota es el conjunto de una serie de vivencias que forman parte de los recuerdos de amigos y aficionados de Tomateros de Culiacán, quiénes relatan esos momentos como si hubieran sido ayer y toman mayor valor por la situación que vive a actualmente nuestro equipo guinda, el que está muy cerca de coronarse y, qué mejor, referirnos a uno de los primeros campeonatos del club, al que bien le aplica aquella frase: “Recordar es vivir”.

Si bien es cierto que su servidor apenas tenía algunos meses de nacido, los relatos y las narraciones de aquella final ante Cañeros hacen que retrocedamos en el tiempo y vivamos el orgullo de pertenecer a la Nación Guinda.

Era la Temporada 1969-70 en la todavía Liga Sonora-Sinaloa, la cuál llevó el nombre de Juan Ley Fong, y con Tomateros teniendo como dirigente al mítico Vinicio García, quién estaba en su cuarto año al frente del equipo, teniendo su número (9) retirado con la organización culichi y que fuera Manager del Año, teniendo al lanzador estrella John Morris y a Maximino León como grandes figuras, terminando con los premios de Jugador Más Valioso y Novato del Año del certamen respectivamente, sumado al estelar Horacio Piña que terminó con 5 blanqueadas en aquella campaña.

Los guindas fueron un cuadro consistente durante la fase regular de la campaña y terminaron en segundo lugar de la tabla general, sólo por debajo de Cañeros de Los Mochis, quienes dominaron de principio a fin, sin embargo, Culiacán se embalaría en el Round Robin y le tocaría enfrentar al conjunto verde en la Serie Final, donde Cañeros estaba armado con un gran “trabuco” y entre sus filas había nombres como Bobby Treviño, Gabriel Lugo, Aurelio Rodríguez, Emilio Sosa, Chico Rodríguez, entre otros peloteros más, todos bajo la dirección de Benjamín “Papelero” Valenzuela.

La serie iniciaba en el antiguo Estadio Ángel Flores en la capital sinaloense, ese recinto en que los guindas se coronaron en 10 ocasiones en su historia y donde en 1970 sacaron un par de triunfos en aquella serie por el título, ligando una tercera victoria en el parque Emilio Ibarra Almada, colocándose en la antesala del campeonato, ya con una relajación notable del equipo; sin embargo, fue tanto el exceso de confianza que bajaron la guardia y Los Mochis regresó en el compromiso, ganando los dos juegos restantes y trasladando la disputa de nueva cuenta a Culiacán con el ánimo verde a tope, siendo ese momento el más anecdótico de aquella temporada por la situación que se presentó.

Ya con la serie 3-2 aún a favor de Tomateros, la dirigencia guinda tenía mucha presión y nerviosismo por el acecho de Cañeros, agudizado por una serie de confrontaciones entre los cronistas deportivos de ambas ciudades, pues Don Agustín de Valdez se había enfrascado en una serie de “dimes y diretes” con los cronistas de Los Mochis, lo que le daba un toque de mayor rivalidad a una ya muy aguerrida serie en busca del cetro.
Tal situación obligó a que el Presidente del club, Don Juan Manuel Ley (QEPD), mandara traer de regreso a John Morris en un vuelo privado desde los Estados Unidos, después de haberle autorizado unos días libres en su tierra natal, lo que fue muy sonado en aquellos días y que al final de cuentas valió mucho la pena para los guindas, pues participó en el encuentro que definió al campeón.

Se llegó el 15 de enero de 1970 y el Estadio Ángel Flores lucía una espectacular entrada, la cuál se prendió en la baja de la primera tanda con cuadrangular de Nicolás Vázquez con dos abordo para poner a Culiacán al frente 3-0 y todo parecía una noche sencilla, pues los guindas anotarían de nuevo en el tercer episodio y ponían cuatro carreras de ventaja; sin embargo se vino el ataque verde y la tensión se hizo presente, pues Cañeros anotó dos en la sexta y una más en la parte alta del séptimo rollo con elevado de sacrificio de Chico Rodríguez, poniendo la pizarra momentánea 4-3 y con el peligro en los senderos, pues el lanzador por Culiacán era Pedro Ramos y marcó su salida del juego dejando dos en los senderos ya con dos outs.

¿Su relevo? Ni más ni menos que John Morris, quien acababa de regresar de Estados Unidos y entraba como el salvador guinda, pero la cosa no empezó bien, ya que permitió un imparable que llenó las bases y venía a la caja de bateo el poderoso Aurelio Rodríguez.

Como si las cosas no pudieran haber estado más cerradas, Morris puso a Aurelio en cuenta de 3-0 y su cuarto lanzamiento fue algo dudoso, pues todos habían pensado en que era la cuarta bola que significaba el empate en el score, pero el umpire Juan Lima marcó el primer strike en la cuenta, lo que desató una serie de reclamos del propio Aurelio Rodríguez y del dirigente cañero, pero lo peor llegó cuando Rodríguez saca un fly a los terrenos del segunda base que daban por terminado el ataque visitante y fue cuando todo el equipo verde se volcó en reclamos hacia el encargado principal de llevar las acciones del juego de pelota.

Una entrada después, Francisco Campos (padre) produjo un par de carreras para Culiacán, mismas que, prácticamente, aseguraban el juego y con ello el campeonato, dejando una pizarra final de 6-3 y con ello el segundo título de Tomateros al vencer 4-2 en la serie a Cañeros de Los Mochis.

Según se cuenta, ese campeonato será muy recordado por la afición culichi por el curioso caso de John Morris y su retorno en vuelo privado para seguir disputando la serie final, mientras que en Los Mochis no les agrada mucho la mención de Juan Lima tras esa contienda por el campeonato.

Les agradezco por permitirme llegar hasta ustedes, queridos lectores. Me despido, enviándole un afectuoso saludo a un gran amigo y conocedor del juego de pelota, además de ser una de las personas que me complacen con sus grandes anécdotas y su valiosa amistad: Don Martín Mendoza; así mismo, le dedico éstas lineas a un gran amigo, Jesús “Tito” Cárdenas Martínez (QEPD) y familia.

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Nos escribimos pronto, amigos...

Jorge Luis Sánchez Dávalos
jorge.deportes@hotmail.com

viernes, 19 de enero de 2018

DE LOS MEJORES DEL SIGLO XX: ROGER CLEMENS...

Buen día, amable lector:

Esta semana continuamos recordando a grandes peloteros que han desfilado por mi equipo favorito de Grandes Ligas, Yankees de Nueva York, por lo que les contaré sobre un pítcher considerado como uno de los mejores del siglo XX: el “Cohete” ROGER CLEMENS, un lanzador que ha sido reconocido por su labor en e montículo y que durante su selección en el Draft de 1984 estuvo relacionado con un icono de Tomateros de Culiacán.

Ésta anécdota me trae gratos recuerdos y sentimientos un poco confusos, pues Roger Clemens es (para mí) el mejor pitcher de las Grandes Ligas por todos sus logros y adversidades que tuvo durante su carrera, como jugar con Boston (Lo siento, soy Yankee jaja), además de que me trae a la cabeza a un personaje de mis queridos Tomateros, el “Picapiedra” Matt Stark, ya que estuvo involucrado en el Draft donde Clemens llegó a Medias Rojas.

Al ser de mis lanzadores favoritos, me propuse darme la oportunidad de asistir a un juego donde “El Cohete” lanzara y que mejor que con Yankees, sin embargo no fue una decisión fácil para su servidor, pues en aquella ocasión se enfrentaban a Detroit en Nueva York y los lanzadores anunciados eran Mike Mussina, Andy Pettitte y el propio Roger Clemens, una tercia que marcó época con los neoyorquinos y que se convirtieron en grandes ídolos al paso de los años; sin embargo esa no fue la decisión más difícil, pues convencer a mi esposa de desperdiciar un día de compras en la “Gran Manzana” por ver un juego de Yankees no fue nada sencillo (créamelo jaja).

Nos remontamos al año 2002, exactamente el 08 de Septiembre en Nueva York donde me tocó presenciar un encuentro entre Yankees y Tigres de Detroit en el antiguo recinto beisbolero de los Mulos de Manhattan; en aquella ocasión, el protagonista de ésta anécdota estaba programado para lanzar y no dudé en asistir al encuentro para ver a uno de los grandes lanzadores de aquella época.
Ese cotejo lo ganaron los neoyorquinos con pizarra final de 6-4 sobre el conjunto felino, donde Clemens tuvo labor de 7 episodios completos de 7 hits y 3 carreras, además de ponchar a 7 rivales, sin embargo no tuvo decisión y su récord se mantuvo en 12-5.

En aquel equipo de “La Ciudad del Motor” estaba un mexicano muy reconocido, Juan Acevedo, quien en ese año (2002) impuso una marca de salvamentos para un mexicano con 28, misma que fue superada años más tarde por Joakim Soria (43 en 2010 con Kansas City).

William Roger Clemens nació el 04 de Agosto de 1962 y disputó 23 temporadas en la “Gran Carpa”, siendo la selección 19 del Draft de 1984 por Boston, donde Toronto tenía la primera selección pero no necesitaba un lanzador y optó por tomar al exGuinda Matt Stark, mismo que nunca figuró en Grandes Ligas, mientras que Clemens será recordado por mucho tiempo y que años más tarde llegaría al conjunto canadiense por una millonaria suma; Clemens debutó el 15 de Mayo de 1984 con Medias Rojas de Boston, equipo con el que jugó hasta 1996 tras llegar a Azulejos de Toronto, pasando por Yankees de Nueva York en una gran etapa de su carrera y cerrando con Astros de Houston, aunque en 2007 volvió a vestir la casaca neoyorquina con quienes se retiró como pelotero.

Clemens ha sido considerado como uno de los mejores peloteros del Siglo XX y está catalogado como uno de los mejores pítchers de la década de los 90’s junto a Pedro Martínez y Randy Johnson.
“El Cohete” dejó un récord en Grandes Ligas de 354 ganados y 182 derrotas, teniendo un 3.12 en su PCLA de por vida con 4672 ponches en 4916.2 innings trabajados, dejando un WHIP de 1.17 a lo largo de su incursión en las Mayores después de un exitoso paso en la Universidad de Texas donde puso su nombre en la lista de los mejores lanzadores colegiales de todos los tiempos, logrando ganar una Serie Mundial Universitaria (1983).

Dichos números respaldaron una brillante carrera de Clemens, misma que lo llevó a ser considerado en 11 ocasiones al Juego de Estrellas, ganó 7 premios Cy Young (6 en la Liga Americana y 1 en la Liga Nacional con Astros de Houston en 2004) y se coronó en dos Series Mundiales, ambas con los Mulos de Manhattan en 1999 y 2000, ganó la triple corona de pitcheo en 1997 y 1998, además de ser MVP en la campaña de 1986 con Boston y fue el más valioso del Juego de las Estrellas en ese mismo año, siendo un lanzador que alcanzó mínimo 20 victorias en una campaña en cuatro ocasiones durante su carrera.

Roger Clemens es uno de los lanzadores con 20 chocolates en un juego de 9 entradas, acto que realizó en un par de ocasiones enfundado en la casaca de Medias Rojas (1986 y 1996), siendo Kerry Wood el otro serpentinero en tener dicha distinción, además de Randy Johnson, sin embargo, este último lo realizó en un cotejo de extrainnings.

Este año, Roger Clemens ha sido ingresado en las boletas para el Salón de la Fama por sexta ocasión, sumando el 65.9% tras un total de 129 boletas revisadas (hasta el 10 de Enero), las cuales representan poco más del 42% de las boletas totales.
Recordemos que el jugador tiene que tener al menos un 75% de las votaciones para ser exaltado como inmortal en el recinto de Cooperstown.

La calidad del “Cohete” en los montículos del “Big Show” ha sido reconocida y es uno de los mejores pítchers que me ha tocado ver en acción, conformando un trío de miedo al lado de Andy Pettitte y Mike Mussina con Yankees de Nueva York de finales de los 90s y principios del siglo XXI.

Me despido de ustedes, agradeciéndoles como siempre por la oportunidad que me brindan de llegar hacia ustedes a través de mis vivencias en el mundo de los deportes, enviándole un gran saludo muy especial para un guinda de “hueso colorado” y gran amigo, Héctor Ley Pineda; así mismo le dedico éstas lineas a otro gran hombre y un amigo a quien estimo mucho, el Sr. Jaime Leopoldo Valdez.

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Jorge Luis Sánchez Dávalos
jorge.deportes@hotmail.com

viernes, 12 de enero de 2018

PRESENTE EN LA HISTORIA NYY: ALFONSO SORIANO...

Buen día, amable lector:

Arrancamos el 2018 y hay mucho por contarles, esperando que se encuentren muy bien y que hayan disfrutado de las fechas de fin de año al lado de sus seres queridos.

En los últimas semanas se ha venido hablando mucho de Yankees de Nueva York, pues la llegada de Giancarlo Stanton ha sido una de las adquisiciones “bombas” en el mercado invernal de la MLB y los neoyorquinos cuentan con un roster “de miedo”, a menos eso pinta con los nombres del equipo.
Hablando del conjunto de la “Gran Manzana”, es precisamente un exYankee el protagonista de esta bonita anécdota deportiva. ALFONSO SORIANO, un pelotero caribeño que hace algunos días cumplió 42 años y que figuró por bastantes campañas en las Grandes Ligas, dejando muy buenas actuaciones con los antiguos “Mulos de Manhattan”.

Desde que uno sigue un deporte (cualquiera que sea) nace el amor hacia un club, ya sea por herencia, gusto o por los logros de dicho equipo y uno como aficionado empieza a crear su historia en torno a ello, tal es el caso de su servidor hacia los Yankees de Nueva York, específicamente con Alfonso Soriano a quien seguí desde su llegada a la organización de NY.
Pasaron los años y Soriano se mantenía vigente como uno de los referentes de mi equipo favorito, hasta que fue cambiado a Texas por el pelotero del momento en aquellos años: Alex Rodríguez, lo que verdaderamente causó un poco de tristeza en mi persona porque disfrutaba ver a Alfonso con la casaca de Yankees.

Recuerdo que durante esas fechas (2004), tuve la oportunidad de entablar una amistad con Rudy Pemberton, un expelotero que fue campeón de bateo con Mayos de Navojoa en la LMP y a quién conocí a través de mi compadre Christian Alan Quintero; curiosamente, Pemberton es primo de Alfonso Soriano y convivían desde chicos en una zona residencial en su natal República Dominicana.
Esa noche, estábamos conviviendo en una oficina tras un juego entre Mayos y Tomateros en esta capital sinaloense y Rudy Pemberton comentó que tenía un pequeño tema familiar que atender en Monclova, Coahuila, donde jugaba en Verano con Acereros y donde residía junto a su esposa, pero no podía conseguir un boleto de avión para allá (Monclova), es ahí donde busqué la manera de adquirirle el boleto para que atendiera su asunto y al paso de unos minutos se pudo conseguir el cometido.
El propio Rudy me agradeció en gran manera y cuál sería mi sorpresa que al paso de unos meses llegaría a la puerta de mi casa un paquete, el cuál contenía una pelota autografiada por el propio Alfonso Soriano y era enviada por Pemberton desde Rep. Dominicana.

Como si no bastara con mi anécdota anterior, años más tarde, mi esposa Fiorella y su servidor escogimos ir a Nueva York como parte de nuestra luna de miel, teniendo la oportunidad de asistir al nuevo Yankee Stadium a un partido de pretemporada entre Yankees y Cubs, el 03 de Abril del 2009.
En esa ocasión, los “Bombarderos del Bronx” sacarían una victoria pero ese juego quedó marcado para la historia del inmueble neoyorquino, pues se conectó el primer cuadrangular en el actual recinto de los Yankees y sería precisamente Alfonso Soriano (jugando para Cubs) el encargado de sacar la pelota del parque por primera vez.

Las anteriores son dos grandes anécdotas que marcaron mi vida y las recuerdo con mucho cariño, pues ambas tienen un gran valor sentimental para su servidor y amigo.

Alfonso Guilleard Soriano nació el 07 de Enero de 1976 en San Pedro de Macorís en la República Dominicana, siendo un pelotero que se desempeñó en la segunda base principalmente y que incursionó en el beisbol asiático con Hiroshima Toyo Carp, para posteriormente integrarse en la “Gran Carpa” por 16 años.

Soriano debutó el 14 de Septiembre de 1999 con Yankees, equipo donde logró dos anillos de campeonato de Serie Mundial y donde pasó sus mejores épocas como beisbolista.
Además, Alfonso Soriano será recordado en la historia del nuevo Yankee Stadium, pues fue quien conectó el primer cuadrangular del inmueble del Bronx el 03 de Abril del 2009, en un encuentro de pretemporada entre Yankees y Cubs que terminó con victoria local de 7-4.

Además de pertenecer al equipo más emblemático del beisbol de las Grandes Ligas, Soriano participó con Rangers de Texas, equipo al que fue cambiado junto a otros peloteros por Alex Rodríguez, quien en ese momento era el 2B con más HR en GL y un gran bateador de primer lanzamiento; luego pasó por Nacionales de Washington y Cachorros de Chicago hasta regresar con Yankees en 2013, anunciando su retiro un año más tarde por motivos personales que cayeron por sorpresa a muchos aficionados, pues Alfonso se sentía bien físicamente pero quería dedicarle tiempo a su familia, integrada por su esposa Isis y 6 hijos.

El bombardero dominicano dejó un .279 en su AVG de por vida en el “Big Show” con 2,095 imparables en 1975 juegos, 412 de esos hits fueron cuadrangulares en 7750 turnos en la caja de bateo, produjo 1,159 carreras y 1,152 anotadas, le dieron 496 pasaportes y se estafó 289 colchonetas. Sin duda alguna, fueron grandes números para un pelotero que la mayoría de su carrera figuró en la parte alta del line up.

Entre sus logros deportivos personales, además de 2 Series Mundiales, destacan ser llamado 7 veces al Juego de Estrellas y ser el MVP de la edición del 2004, sin dejar a un lado los 4 Guantes de Plata que obtuvo a lo largo de su carrera.

Alfonso Soriano es uno de los referentes de aquellos Yankees de principios del milenio, destacando por su buen bateo y su confiable defensiva en la segunda base, que lo llevaron a la élite de las Grandes Ligas y lo catapultaron como un latino sobresaliente en el “Rey de los Deportes”.

Me despido de ustedes, queridos y amables lectores, esperando que estas líneas hayan sido de su agrado y saludándolos de una manera muy especial en este año que apenas inicia, además de dedicarle esta anécdota a mi preciosa esposa Armida Fiorella Mendivil de Sánchez, quien ha sido mi compañera de aventuras durante estos casi 9 años.

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Jorge Luis Sánchez Dávalos
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